Los campeones de la maratón, Juan Carlos Badilla y Yennis Sanhouse,
lideran una jornada sin precedentes para el deporte nacional
- La Gran Maratón de Costa Rica volvió a demostrar que el deporte tiene un
poder inmenso: el poder de unirnos, de emocionarnos y de recordarnos
que, cuando avanzamos juntos, somos capaces de transformar nuestro
entorno.
San José, Costa Rica. Este año, el país entero corrió la Gran Maratón Costa Rica
con un propósito mayor: destinar el 100 % de las inscripciones a la recuperación
del querido Parque Metropolitano La Sabana. Un gesto colectivo que convierte
cada kilómetro en esperanza. Desde las 5:00 a.m., miles de pasos comenzaron a
llenar las calles capitalinas. Más de 10.000 corredores, provenientes de todo el
país y de más de 27 naciones, se dieron cita este domingo para vivir una de las
ediciones más memorables de la Gran Maratón Costa Rica 2025. La mañana se
tiñó de adrenalina, emoción y un clima que parecía diseñado para celebrar el
movimiento y la unión.
La Banda Municipal de Zarcero abrió la jornada con una energía vibrante que
marcó el espíritu del día: un festejo del deporte en todas sus expresiones. Entre la
multitud se mezclaban historias que conmovían: niños de apenas 5 años, atletas
de 82, futuras madres, paratletas y familias enteras demostraron que esta maratón
es, verdaderamente, de todos. Cada paso llevaba consigo un significado profundo:
el deporte como puente, como abrazo y como motivo para soñar.
Uno de los logros más grandes de esta edición es su impacto social. Al destinar la
totalidad de las inscripciones a la restauración del Parque La Sabana, la maratón
se convierte en un movimiento que trasciende la meta y siembra bienestar para las
futuras generaciones. Es correr por un país más vivo, más verde y saludable.
Para Leonora Jiménez, productora general de la Gran Maratón Costa Rica, lo
vivido este domingo marca un antes y un después para el deporte nacional.
Conmovida por la magnitud del evento, expresó “Hoy Costa Rica hizo historia. Ver
a más de 10.000 corredores y representantes de más de 27 países compartiendo
una misma ruta, una misma emoción y un mismo propósito, es algo que nunca
habíamos visto en nuestro país. Esta maratón no solo llenó las calles de pasos y
energía; llenó el corazón de Costa Rica. Lo que vivimos hoy es un recordatorio de
que, cuando nos unimos, somos capaces de lograr cosas extraordinarias. Esta es,
sin duda, una jornada sin precedentes, y apenas el comienzo de todo lo que el
país puede alcanzar a través del deporte.”
Los resultados deportivos también dejaron huella. En los 2 kilómetros, Daniel
Jesús Vargas Carvajal se impuso con 5:12. En los 5 kilómetros, Kenneth Araya
registró 16:29, con Ema Pacheco liderando la rama femenina. En los 10
kilómetros, Luis “Loco” Castro brilló con un tiempo de 34:27, seguido de José Luis
Pirir.
La media maratón trajo emoción internacional: en los 21 kilómetros masculinos,
Lorenzo Cajtunaj de Guatemala conquistó el primer lugar con 1:15:08, seguido por
Ángelo Olivo de Venezuela y Pedro Chacón. En la rama femenina, Diana García
destacó con 1:35:52, acompañada por Eliza Madrigal, Paula Jara, Alejandra
Hernández, Gabriela Rodríguez y una sobresaliente actuación de Lorna Vargas,
quien cruzó la meta en 1:35:00.
En la prueba reina del día, los 42 kilómetros, el puriscaleño Juan Carlos Badilla se
coronó campeón con 2:32:07, mientras que la panameña Yennis Sanhouse se
llevó la victoria femenina con un tiempo de 3:11:37.
La Gran Maratón de Costa Rica se ha consolidado como un punto de encuentro
único: aquí se abrazan el alto rendimiento, la recreación, la inclusión y la familia.
Niñez, juventud, adultos mayores y atletas de élite comparten el mismo asfalto, el
mismo esfuerzo y sueño. Avalado por el ICODER, este evento es parte
fundamental de una estrategia nacional que apuesta por la salud, la comunidad y
estilos de vida llenos de bienestar.
La presencia de atletas internacionales y el desarrollo de cinco distancias
simultáneas fortalecen el posicionamiento de Costa Rica como un referente
latinoamericano en turismo deportivo, y dejan claro que el país tiene la capacidad
y la pasión para acoger eventos de gran escala.
La jornada cerró con aplausos, lágrimas, abrazos y miles de historias personales
que quedarán para siempre en la memoria de quienes la vivieron. La Gran
Maratón de Costa Rica deja un mensaje poderoso: cuando Costa Rica corre
unida, no hay meta que quede demasiado lejos.
Y si algo quedó claro este domingo es que el país quiere más. Más deporte, más
comunidad, más movimiento. La organización asume, con orgullo renovado, el
compromiso de seguir impulsando un evento que celebra lo mejor de nosotros: el
esfuerzo, la solidaridad y la magia de avanzar juntos.
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